Para ayudar la comprensión de lo que significa "No a la "Degradación o Retrogrado de los Espíritus". Para eso he traducido del Portugués al Español, un articulo que Allan Kardec escribió y publicó de ese tema en la Revista Espírita de junio de 1863.
Jean Baptiste Roustaing, había estado fanfarroneando con la "Caída del Espiritu" en sus
cuatro Evangelios, ya Erasto lo había desautorizado, con el aval del Espiritu de Verdad y el mismo Kardec. "Caída" y "Retrogrado" significan lo mismo, por eso era importante que se publicara este articulo.
De hecho, no se había tomado el tiempo para explicar este término con tanto interés. Hoy día el Espiritu Emmanuel, Mentor de Chico Xavier, publicó en el Libro el Consolador psicografiado por Chico, la "Caída del Espiritu", eso lo encuentras en el item #248 y #249. Es una "Mistificación", que no tiene ninguna justificación en el Espiritismo. Un Espiritu realmente "Superior", no puede caer en este tipo de contradicción [Libro de Los Mediums, Ítem #301, #302 y #303]. Veamos a continuación en Español y en Portugués este articulo de Allan Kardec.
Principio de la no Degradación de los Espíritus
Revista Espírita de junio 1863-discurso
de Kardec
Revista Espírita
Revista de estudios psicológicos
AÑO VI junio de 1863 en 6
Principio de la no Degradación de los Espíritus 19.20
Después de haber sido
planteada varias veces cuestiones sobre el principio de la no degradación de
los espíritus, hay varias interpretaciones que intentaremos resolverlas. El Espiritismo
quiere ser claro para todos y no dejar a sus adeptos futuros, ningún motivo de
discusión en las palabras. Así que todos los puntos susceptibles de probables interpretación
deberán ser aclarados.
Los espíritus no retrogradan, en el sentido de perder los progresos
adquiridos. Puede ser que momentáneamente estén inmóvil, pero los buenos no pueden
llegar a ser malos o ignorantes. Sobre el principio general, que se
aplica solamente al estado moral y no a la situación material, que bueno puede
ser malo si el espíritu se lo ha merecido.
Vamos a hacer una comparación.
Supongamos que a un hombre de mundo, instruido, pero culpable de un delito que lo
lleva a
19 n. t.: ver el libro de los espíritus, libro II,
capítulo IV, 193 y 194 temas.
Nota del editor: véase la "Nota
explicativa", p. 521.
cárcel. Ciertamente hay para
él un gran descenso en su posición social y bienestar material. La estima y la asesoría tuvieron éxito al desprecio y la abyección. Y
sin embargo, perdió el desarrollo de la inteligencia; conducirá a la detención
de sus facultades, sus talentos, y sus conocimientos. Es un hombre que ha caído
y es esto lo que debe ser entendido que son los espíritus caídos.
Que Dios, después de cierto tiempo, le retirará a mundos
desconocidos donde no ha habido progreso moral, que se han enfurecido contra
sus leyes, para que expíen sus errores y su endurecimiento en un inframundo,
entre incluso, en seres menos avanzados. Allí será que
estarán en una condición de un estado primitivo en moral e incluso intelectualmente,
pero infinitamente en una condición más dolorosa, por la propia naturaleza del mundo
y, sobre todo, porque lo que van a encontrar. En
una palabra, estarán en la posición de un hombre civilizado, obligados a vivir
entre los salvajes, o de un hombre muy distinguido, condenado a una sociedad de
desagradados. Perderán la posición que tenían y sus ventajas,
pero no regresarán a un estado primitivo. Los
hombres adultos no son niños. Aquí está
lo que usted debe entender para no degradar o retrogradar. Después de no haber
aprovechado el tiempo, es para que ellos, como volver a empezar.
En su bondad, Dios no quiere que se alejen de entre
los que hacen el bien, cuya paz se perturba. Por eso es que se lo envía entre
los hombres que tendrán la tarea de hacer que estos avances recientes, sean
para enseñarles lo que saben. Para este trabajo se puede conseguir antes de lo
previsto el redimir su deuda, expiar faltas cometidas pasadas, como el esclavo
que ahorra poco a poco un día para comprar su libertad. Pero como el esclavo, muchos
sólo ahorran dinero en vez de atesorar virtudes, lo único que puede pagar el
rescate.
La situación, hasta ahora, en nuestra tierra, es un
mundo de expiación y de pruebas, donde la raza adámica, raza inteligente, en el
exilio entre las razas primitivas inferiores, que habitaron más bajo antes.
Esta es la razón por qué hay aquí tanta amargura,
amargura que distan de ser las mismas de las personas salvajes. Es así como el hombre del mundo sufre más indignidad que aquel quien
siempre ha vivido en el barro o el fango.
___
Como un sistema que tiene algo de engañoso
a simple vista, los espíritus no habrían sido creados para que encarnaran y la
encarnación sería sólo el resultado de sus faltas.
Tal sistema se cae bajo la mera consideración que
si no hay espíritus que habían caído, no habría ningún hombre en la tierra, o
en otros mundos. Ahora, como la presencia del hombre es necesaria para mejorar
los mundos materiales; ya que compite para su inteligencia general y actividad
de trabajo, es uno de los engranajes esenciales de la creación. Dios no podría subordinar
la realización de esta parte de su obra a la caída eventual de sus criaturas, a
menos que contase con un número suficiente de culpados, con el fin de alimentar
los operarios de mundos creados y los que estarían por crear. El buen sentido
rechaza tal idea. La encarnación es, pues, una necesidad para el espíritu que21,
realizando su misión providencial, trabaja en su propio avance la actividad de
la inteligencia, que debe desarrollar para poder dar a su vida su bienestar.
21 N. do T.: Vide O Evangelho segundo o Espiritismo, capítulo IV, item 25
Pero la encarnación se convierte en un castigo
cuando el espíritu, no ha hecho lo correcto, está avergonzado para re iniciar
su tarea, multiplicando las acciones corporales dolorosas por su propia culpa. Un
estudiante no está graduado hasta después de haber pasado por todas las clases.
¿Estas clases son un castigo? No: son una necesidad, fundamental para su
progreso. Pero si por pereza, se ve obligado a
repetirlas, hay castigo. Ser capaz de pasar en algunas es un mérito. ¿Qué,
entonces, es la encarnación en la tierra es un castigo para aquellos que viven
allí, porque podría han parado, mientras que podría ser duplicado, triplicado y
centuplicado la existencia por su propia culpa, retrasando así su entrada en
mundos mejores. Lo que está mal es admitir en principio la encarnación como un
castigo.
¿Otra cuestión planteada a menudo es esto: como el espíritu fue creado
simple e ignorante, con la libertad de hacer el bien o el mal, no habría
ninguna caída moral de quien tomó el camino equivocado, ya que se pone a hacer
el mal que antes no tenía? Esta proposición ya no es sostenible a la
precedente. Hay sólo una distancia relativamente corta entre estado bueno a uno
peor. Ahora, creado simple e ignorante, el espíritu es, en su origen, en un
estado de nulidad moral e intelectual como el niño que acaba de nacer. Si no
has hecho el mal, tampoco hizo el bien. Tampoco es feliz, o infeliz. Actúa sin
conciencia y sin responsabilidad. Ya que no tiene nada, nada que perder, ya que
se puede retro-gradar sin problema alguno. Su responsabilidad no comienza sino
en el momento en que desarrolla su libre albedrío. Su estado primitivo no es un
estado de inocencia inteligente y razonada. Así, el mal lo hace más tarde,
rompiendo las leyes de Dios, abusando de las facultades que le han sido dadas,
no es un regreso del bien al mal, más las consecuencias del mal camino por
donde ha de comenzar. Esto nos lleva a otra pregunta. ¿Por ejemplo: es posible
que Nerón, en su encarnación como Nerón, pudo haber hecho más daño que en su
existencia anterior? A esto contestamos sí, eso no implica que la existencia en
la que se había hecho menos daño sería mejor. En primer lugar, el mal puede cambiar
la forma, sin ser peor o menos mal. La posición de Nerón como emperador lo puso
en evidencia, lo que hizo fue más notable; en una oscura existencia podría haber
cometido actos igualmente reprobables, aunque en una escala menor, y que pasaron
desapercibidos.
JUNHO DE
1863 233
Como soberano, podría enviar a quemar una
ciudad; como particular podría quemar una casa y hacer que una familia
pereciera. Un asesino común, que mata a algunos visitantes para despojarlos de
sus pertenencias, si estuviera en el trono sería un tirano sediento de sangre,
haciendo en gran escala lo que su posición sólo le permite hacer en escala
reducida.
Considerando la cuestión desde otro punto
de vista, decimos que un hombre puede hacer más daño en esta existencia que en la precedente,
demostrando que él no tenía vicios, esto no implica una degeneración moral.
Muchas veces son los tiempos para hacer el mal, cuando el principio que está
latente; la ocasión y los instintos malos si se dan cuenta. La vida cotidiana
nos ofrece numerosos ejemplos: hombre, que era bueno, de repente muestra vicios
que nadie sospecha y que causa admiración; Es simplemente porque yo entiendo
por qué causa se oculto y provocó el desarrollo de los malos gérmenes. No cabe
duda de que el año en que los buenos sentimientos están fuertemente afianzados,
ni siquiera tiene el pensamiento malos pensamientos; Cuando existe este tipo de
pensamiento, es que existe el germen: y a menudo la falta de ejecución.
REVISTA ESPÍRITA pagina #234
Entonces, como hemos dicho, aunque bajo
diversas formas, el mal es todavía mal. El mismo principio vicioso puede ser la
fuente de un gran número de diversos actos, de la misma causa. Orgullo, por
ejemplo, puede hacer gran cantidad de faltas, que está expuesta, mientras que
el principio radical no es suprimido. ¿Puede el hombre en una existencia, y tiene
defectos que no se habían manifestado en otro y que no son el mismo principio
de las consecuencias?. Para nosotros, Nerón es un monstruo, por qué cometió
atrocidades. Pero ¿cree usted que estos hombres pérfidos, hipócritas, víboras
verdaderas que siembran el veneno de la calumnia, son tomados
de sus familias por la astucia y el abuso de confianza, que cubren sus torpezas
con la máscara de la virtud para llegar con más seguridad para sus propósitos y
recibir elogios, cuando sólo merecen el más digno de Execración [Condena hacia algo o alguien] de Nerón? Ciertamente no. Ser reencarnado un Nerón para ellos no
sería un retroceso, sino una ocasión para mostrarse bajo nueva cara. Por lo
tanto, mostrar los vicios que oculta; se atreven a fuerza de lo que hicieron
por la astucia, la diferencia de aquí. Pero esta nueva evidencia hará el castigo
aún más terrible si, en lugar de tomar ventaja de los medios para reparar datos
de ellos, usarlos para el mal. Y, sin embargo, por lo que es, cada existencia es
una oportunidad para el progreso del espíritu: él desarrolla
inteligencia, experiencia adquirida y los conocimientos que más adelante le
ayudará a avanzan moralmente.
Idioma portugués"
Revista
Espirita de junio de 1863 - Discurso de
Kardec
Revista Espírita
Jornal de Estudos Psicológicos
ANO VI JUNHO DE 1863 No 6
Princípio da Não-Retrogradação dos Espíritos 19,20
Tendo sido
levantadas várias vezes questões sobre o princípio da não-retrogradação dos
Espíritos, princípio diversamente interpretado, vamos tentar resolvê-las. O
Espiritismo quer ser claro para todos e não deixar aos seus futuros adeptos
nenhum motivo para discussão de palavras. Por isso todos os pontos susceptíveis
de interpretação serão elucidados sucessivamente.
Os
Espíritos não retrogradam, no sentido de que nada perdem do progresso
realizado. Podem ficar momentaneamente estacionários, mas de bons não podem
tornar-se maus, nem de sábios, ignorantes. Tal o princípio geral, que só se
aplica ao estado moral e não à situação material, que de boa pode tornar-se má
se o Espírito a tiver merecido.
Façamos uma
comparação. Suponhamos um homem do mundo, instruído, mas culpado de um crime
que o conduz às
19 N. do T.: Vide O
Livro dos Espíritos, Livro II, Capítulo IV, questões 193 e 194.
20 Nota da Editora:
Ver “Nota Explicativa”, p. 521.
galés.
Certamente há para ele uma grande descida como posição social e como bem-estar
material. À estima e à consideração sucederam o desprezo e a abjeção. E,
contudo, ele nada perdeu quanto ao desenvolvimento da inteligência; levará à
prisão as suas faculdades, os seus talentos, os seus conhecimentos. É um homem
decaído e é assim que devem ser compreendidos os Espíritos decaídos. Pode Deus,
pois, ao cabo de um certo tempo de prova, retirar de um mundo onde não terão
progredido moralmente aqueles que o tiverem desconhecido, que se houverem
rebelado contra as suas leis, para mandar que expiem os seus erros e o seu
endurecimento num mundo inferior, entre seres ainda menos adiantados. Aí serão
o que antes eram, moral e intelectualmente, mas numa condição infinitamente
mais penosa, pela própria natureza do globo e, sobretudo, pelo meio no qual se
acharão. Numa palavra, estarão na posição de um homem civilizado, forçado a
viver entre os selvagens, ou de um homem muito distinto, condenado à sociedade
dos degredados. Perderam a posição e as vantagens, mas não regrediram ao estado
primitivo. De homens adultos não se tornaram crianças. Eis o que se deve
entender pela não-retrogradação. Não tendo aproveitado o tempo, é para eles um
trabalho a recomeçar. Em sua bondade, Deus não os quer deixar por mais tempo
entre os bons, cuja paz perturbam. Eis por que os envia entre homens que terão
por missão fazer estes últimos progredirem, ensinando-lhes o que sabem. Por
esse trabalho poderão eles próprios se adiantarem e resgatarem suas dívidas,
expiando as faltas passadas, como o escravo que pouco a pouco economiza para um
dia comprar a liberdade. Mas como o escravo, muitos só economizam dinheiro, em
vez de entesourar virtudes, as únicas que podem pagar o resgate.
Esta a
situação, até agora, de nossa Terra, mundo de expiação e de prova, onde a raça
adâmica, raça inteligente, foi exilada entre as raças primitivas inferiores,
que a habitavam antes. Esta a razão pela qual há tantas amarguras aqui,
amarguras que estão longe de sentir no mesmo grau os povos selvagens.
JUNHO DE
1863 231
Certamente
há retrogradação do Espírito no sentido de que retarda seu progresso, mas não
do ponto de vista das aquisições, em razão das quais e do desenvolvimento de
sua inteligência, sua decadência social é mais penosa. É assim que o homem do
mundo sofre mais num meio abjeto do que aquele que sempre viveu na lama.
Conforme um
sistema que tem algo de especioso à primeira vista, os Espíritos não teriam
sido criados para encarnarem e a encarnação seria tão-somente o resultado de
sua falta. Tal sistema cai pela mera consideração de que se nenhum Espírito
tivesse falido, não haveria homens na Terra, nem em outros mundos. Ora, como a
presença do homem é necessária para o melhoramento material dos mundos; como
ele concorre por sua inteligência e atividade para a obra geral, ele é uma das
engrenagens essenciais da Criação. Deus não poderia subordinar a realização
desta parte de sua obra à queda eventual de suas criaturas, a menos que
contasse para tanto com um número sempre suficiente de culpados, de modo a
alimentar de operários os mundos criados e por criar. O bom-senso repele tal
idéia.
A
encarnação é, pois, uma necessidade para o Espírito que21, realizando a sua
missão providencial, trabalha seu próprio adiantamento pela atividade e pela
inteligência, que deve desenvolver, a fim de prover à sua vida e ao seu
bem-estar. Mas a encarnação torna-se uma punição quando o Espírito, não tendo
feito o que devia, é constrangido a recomeçar sua tarefa, multiplicando penosas
existências corporais por sua própria culpa. Um estudante não é graduado senão
depois de ter passado por todas as classes. Essas classes são um castigo? Não:
são uma necessidade, uma condição indispensável de seu progresso. Mas se, pela
preguiça, for obrigado a repeti-las, aí está a punição. Poder passar em algumas
é um mérito. O que, pois, é certo é que a encarnação na Terra é uma punição
para muitos dos que a habitam, porque poderiam tê-la evitado, ao passo que
talvez tenham
21 N. do T.: Vide O
Evangelho segundo o Espiritismo, capítulo IV, item 25.
REVISTA
ESPÍRITA 232
dobrado,
triplicado e centuplicado a existência por sua própria culpa, assim retardando
sua entrada em mundos melhores. O que é errado é admitir em princípio a encarnação
como um castigo.
Outra
questão muitas vezes aventada é esta: Como o Espírito foi criado simples e
ignorante, com a liberdade de fazer o bem ou o mal, não haveria queda moral
para aquele que tomasse o mau caminho, desde que chega a fazer o mal que antes
não fazia?
Esta
proposição não é mais sustentável que a precedente. Só há queda na passagem de
um estado relativamente bom a um pior. Ora, criado simples e ignorante, o
Espírito está, em sua origem, num estado de nulidade moral e intelectual como a
criança que acaba de nascer. Se não fez o mal, também não fez o bem. Nem é
feliz, nem infeliz. Age sem consciência e sem responsabilidade. Desde que nada
tem, nada pode perder, como não pode retrogradar. Sua responsabilidade não
começa senão no momento em que se desenvolve o seu livre-arbítrio. Seu estado
primitivo não é, pois, um estado de inocência inteligente e raciocinada.
Conseguintemente, o mal que fizer mais tarde, infringindo as leis de Deus,
abusando das faculdades que lhe foram dadas, não é um retorno do bem ao mal,
mas a conseqüência do mau caminho por onde se embrenhou.
Isto nos
conduz a outra questão. Por exemplo: É possível que Nero, na sua encarnação
como Nero, possa ter feito mais mal que na sua precedente existência? A isto
respondemos sim, o que não implica que na existência em que tivesse feito menos
mal fosse melhor. Antes de tudo, o mal pode mudar de forma sem ser pior ou
menos mal. A posição de Nero, como imperador, tendo-o posto em evidência, o que
ele fez ficou mais notado; numa existência obscura pôde ter cometido atos
igualmente repreensíveis, conquanto em menor escala, e que passaram
despercebidos. Como soberano, pôde mandar incendiar uma cidade; como particular
pôde queimar uma casa e fazer perecer a
JUNHO DE
1863 233
família.
Tal assassino vulgar, que mata alguns viandantes para os despojar, se estivesse
no trono seria um tirano sanguinário, fazendo em grande escala o que sua
posição só lhe permite fazer em escala reduzida.
Considerando
a questão de outro ponto de vista, diremos que um homem pode fazer mais mal
numa existência que na precedente, mostrar vícios que não tinha, sem que isto
implique uma degenerescência moral. Muitas vezes são as ocasiões que faltam
para fazer o mal, quando o princípio existe latente; surge a ocasião e os maus
instintos se descobrem. A vida ordinária nos oferece numerosos exemplos: tal
homem, que era tido como bom, de repente exibe vícios que ninguém suspeitava, e
que causam admiração; é simplesmente porque soube dissimular ou porque uma causa
provocou o desenvolvimento do mau germe. É indubitável que aquele em que os
bons sentimentos estão fortemente arraigados nem mesmo tem o pensamento do mal;
quando tal pensamento existe, é que o germe existe: muitas vezes só falta a
execução.
Depois,
como dissemos, embora sob diferentes formas o mal não deixa de ser o mal. O
mesmo princípio vicioso pode ser a fonte de uma imensidade de atos diversos,
provenientes de uma mesma causa. O orgulho, por exemplo, pode fazer cometer
grande número de faltas, às quais se está exposto, enquanto o princípio radical
não for extirpado. Pode, pois, o homem, numa existência, ter defeitos que não
se tinham manifestado numa outra e que não passam de conseqüências variadas de
um mesmo princípio vicioso. Para nós, Nero é um monstro, porque cometeu
atrocidades. Mas acreditais que esses homens – pérfidos, hipócritas,
verdadeiras víboras que semeiam o veneno da calúnia, despojam as famílias pela
astúcia e pelo abuso de confiança, que cobrem suas torpezas com a máscara da
virtude para chegarem com mais segurança a seus fins e receberem elogios,
quando só merecem a execração – valham mais do que Nero? Com certeza, não.
Serem reencarnados
REVISTA
ESPÍRITA 234
num Nero
para eles não seria um retrocesso, mas uma ocasião para se mostrarem sob nova
face. Como tais, exibirão os vícios que ocultavam; ousarão fazer pela força o
que faziam pela astúcia, eis toda a diferença. Mas essa nova prova lhes tornará
o castigo ainda mais terrível se, em vez de aproveitar os meios que lhes são
dados para reparar, deles se servirem para o mal. E, entretanto, por pior que
seja, cada existência é uma oportunidade de progresso para o Espírito: ele
desenvolve a inteligência, adquire experiência e conhecimentos que, mais tarde,
o ajudarão a progredir moralmente.
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